El miedo al éxito está usualmente asociado a las consecuencias y resultados que una mujer pueda tener si alcanza los objetivos que se propone.
El miedo al éxito es común en mujeres que emprenden porque, dependiendo del impacto de su cultura, será el grado de asociación de tener más dinero, mejores puestos, reconocimiento o logros con una pérdida simbólica de aprobación externa.
A nivel emocional, se puede identificar una falta de merecimiento.
A nivel psicológico juega un escenario de “culpa” o “vergüenza” porque “progresar” significa dejar atrás o volverse “superior” a la figura de la Madre o todo aquello que represente lo femenino en pos de entrar en ámbitos de trabajo tradicionalmente masculinos.
También juega un temor al rechazo por parte del “masculino” que, a más logros, puede significar que menos hombres verán a una mujer atractiva y más la verán como una competencia.
El miedo al fracaso está ligado al miedo al éxito.
Mientras el primero responde a nuestras propias expectativas e inseguridades sobre nuestra capacidad personal; el segundo se activa ante las proyecciones externas: cómo nuestros seres queridos, parejas y colegas de trabajo reaccionarán si tenemos “éxito”.
Se pueden experimentar ambos al mismo tiempo y en diferentes medidas.
Para las mujeres emprendedoras la presencia del miedo al éxito implica múltiples áreas de liberación:
1. Identificar qué es el éxito para sí misma (y no respondiendo a imágenes del consciente colectivo)
2. Haz una revisión de tu historia: de qué formas te “saboteas”, cuáles son tus “triggers” o detonantes que te hacen huir o desistir de tus sueños,
3. Haz una lista de tus prioridades y las creencias que te pueden ayudar a alcanzarlas
4. Haz una lista de las creencias limitantes y los hábitos actuales que tienes que no suman a tu potencial
Por último, toma una decisión consciente de reemplazar tu miedo por FE.
El miedo es fe en lo negativo.
Cultiva la fe de que tendrás éxito y prepara el terreno con estructuras (creencias, hábitos, redes de apoyo) que te acompañen a creer en ti y en la luz que viniste a entregar a este mundo.
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