El empoderamiento económico es un proceso con tres dimensiones principales: recursos, oportunidades y agencia.
Para una mujer independizarse económicamente tiene que tener la oportunidad de acceder, usar y administrar recursos de producción y tomar decisiones sobre ellos.
En la medida en que una mujer tenga acceso a oportunidades para desarrollar destrezas, mejorar su educación, tomar decisiones y ampliar sus redes y capitales eso le permitirá fortalecer su capacidad de agencia así como incrementar su actividad económica.
Según el informe 2016 “Building Effective Women’s Economic Empowerment Strategies” creado por Business for a Better World y el International Center for Research on Women (ICRW), los recursos y las oportunidades son dos lados de una misma moneda que permiten transformar las dinámicas de poder injustas producto de la desigualdad de género.
Las desigualdades de género que varían entre países y culturas influencian significativamente la capacidad y posibilidad de una mujer participar en la economía.
Se estima que sobre el 1 billón de personas viviendo en extrema pobreza en el mundo, con menos de $1 dólar al día, la mayoría son mujeres.
De acuerdo con cifras 2015 de ONU Mujeres,
“En todo el mundo, las mujeres ganan menos que los hombres. En la mayoría de los países, las mujeres en promedio ganan sólo entre el 60 y el 75 por ciento del salario de los hombres. Los factores coadyuvantes incluyen el hecho de que es más probable que las mujeres se desempeñen como trabajadoras asalariadas y en trabajos familiares no remunerados; tienen más probabilidades de dedicarse a actividades de baja productividad y a trabajar en el sector informal y con menores probabilidades de movilidad al sector formal que los hombres; la noción que prevalece sobre la dependencia económica de las mujeres; y la probabilidad de que se desenvuelvan en sectores no organizados y sin representación sindical. Se estima que en todo el mundo las mujeres podrían aumentar sus ingresos hasta en un 76 por ciento si se superara la brecha en la participación en el empleo y la brecha salarial entre mujeres y hombres. Se calcula que esto tiene un valor global de 17 billones de dólares estadounidenses”.
Con la pandemia COVID-19, la brecha entre hombres y mujeres que viven en ciclo de pobreza ha incrementado a feminización de la pobreza, es decir que las tasas de pobreza principalmente sean altas entre mujeres. (Libro recomendado: La feminización de la pobreza por Rosa Cobo y Luisa Posada)
El sistema patriarcal (y el capitalismo como sistema aliado) opera contra los intereses económicos de las mujeres quienes se ven cada vez más influenciadas a participar en la economía informal y en los trabajos domésticos y de cuidado no remunerados. (El trabajo doméstico no remunerado sigue siendo otro punto de enfoque que no se atiende con suma urgencia dentro del sistema económico del capitalismo, una de las razones por las cuales la teoría de economía feminista ha cobrado tanto auge con los movimientos sociales en Latinoamérica y ahora con la pandemia. Leer más: Informe 2017 – Una Economía para las Mujeres, Recomendación de Curso Gratuito de Economía Feminista)
¿Cómo vemos esta situación?
- Cerca de un 1/7 de la población mundial (1 billón de mujeres) nunca podrá alcanzar su máximo potencial económico y asegurar su bienestar debido a las barreras que tienen para entrar al mercado laboral y actuar productivamente en la economía, según expusiera en 2012 la ex directora de ONU Mujeres Michelle Bachelet en su discurso Power: Women as Drivers of Growth and Social Inclusion
- Casi un tercio de las mujeres que trabajan a nivel global lo hacen en el sector agrícola aunque sólo 12.8 % de ellas son titularías de tierras, de acuerdo al informe 2015 Gender and Statistics de la FAO
- De los 774 millones de adultos analfabetas en el mundo, dos tercios son mujeres
- Las mujeres son responsables de 58 % de todo el trabajo no remunerado mientras que un 45 % de las mujeres más pobres no tienen el derecho de decidir cómo sus ingresos serán gastados, según el informe 2016 de ICRW
Reconocer la dimensión de género de la pobreza y proteger los derechos económicos de las mujeres es importante para cualquier proceso de empoderamiento económico ya que según el Banco Mundial y ONU Mujeres (2012), los países con menores brechas de género en áreas de educación, empleo y derechos a propiedad tienen menores tasas de pobreza.
Precisamente, se estima que el empoderamiento económico de las mujeres podría añadir hasta más de 12 trillones (otros estimados aseguran que sólo 6 trillones) de dólares estadounidenses al PIB de la economía global. Según el Foro Económico Mundial, el desarrollo económico de los países y la igualdad de género van de la mano. Sin embargo, las barreras estructurales, culturales y la violencia contra las mujeres en la mayoría de los gobiernos del mundo dificultan que esa realidad sea posible.
El acceso y control de recursos es fundamental para que una mujer pueda tener mayores oportunidades y desarrollar su capacidad de agencia y toma de decisiones.
Los recursos pueden verse en diferentes niveles desde el individual hasta el colectivo, comunitario, organizacional y hasta nacional en forma de:
- Capital Humano (Educación, Desarrollo de Destrezas, Talleres, Etc)
- Capital Financiero (Ingresos, Préstamos, Ahorros, Microcréditos, Etc)
- Capital Social (Redes de Apoyo, Redes Profesionales, Mentores, Etc)
- Capital Físico (Tierras, Vivienda, Equipo, Tecnología, Etc)
Con mayor control y acceso a recursos, una mujer puede romper el ciclo de pobreza que le impide ejercer su voz y tomar decisiones en las esferas políticas, económicas y culturales que más le afectan.
Con recursos y oportunidades, las mujeres pueden convertirse en actores económicos y tomar decisiones que impacten positiva o negativamente las dinámicas de poder y mercados.
¿Por qué abogar por el empoderamiento económico de las mujeres?
- Se considera que el empoderamiento económico es una de las rutas más poderosas para que las mujeres puedan alcanzar su máximo potencial, garantizar y promover sus derechos.
- Dado que las mujeres conforman la mayoría de las personas pobres en el mundo, la reducción de la pobreza conlleva atender el empoderamiento económico de las mujeres.
- La discriminación contra las mujeres desfavorece el crecimiento económico de los países ya que mitad de la población no puede trabajar en igualdad de condiciones ni alcanzar su máximo potencial de desarrollo humano
- Cuando las mujeres tienen acceso a recursos y oportunidades, contribuyen más a sus familias, negocios, sociedades y países.
¿Quieres aprender más? Lee las inspiradoras entrevistas sobre empoderamiento económico que he realizado para mi otro blog de emprendimiento e impacto social Lumina.
The Microfinance Model Inspiring Female Entrepreneurship in East Africa
A uniform to save a girl’s education
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