Tu emprendimiento tiene una razón de existir, ¿cuán conectado está al servicio de su comunidad?
Los negocios conscientes son aquellos que nacen para cumplir un propósito y esta se manifiesta en cuatro áreas fundamentales: misión, valores, liderazgo y cultura organizacional.
Cuando se definen los valores y el modelo que guiará una eventual empresa se debe tomar en cuenta hacia qué responde: si a los deseos del Alma o del Ego.
Así como los seres humanos experimentan la polaridad entre estas dos energías, los negocios también tienen un Alma y un Ego.
Saber distinguir el uno del otro nos puede ayudar a reenfocar las intenciones y operaciones del día a día para que vayan más alineadas con el servicio o las soluciones que se busca ofrecer a su cliente ideal.
El Ego es el “falso ser”. Se manifiesta cuando preferimos el sufrimiento, el drama, el juicio y la separación.
Un negocio basado en el Ego presta mucha atención a su estructura, el poder de su marca y el incremento de sus finanzas a través de la competencia y la hostilidad en vez de la colaboración.
El Alma es el “verdadero ser”. Se manifiesta cuando preferimos la armonía, la amistad, la gratitud y el perdón.
Un negocio basado en el Alma presta mucha atención a la intención y los motivos de por qué se crean los productos y los servicios, qué rol ejercen en la vida de los stakeholders que se verán beneficiados por ellos.
Un negocio basado en el Ego busca tomar ventaja de la mentalidad de escasez, el miedo y la necesidad de control mientras que un negocio basado en el Alma busca tomar ventaja de la mentalidad de abundancia, la confianza y el deseo de compartir en unión.
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